Se conoce como “mala circulación” a la dificultad que tiene la sangre de pasar por arterias y venas. Este problema circulatorio puede estar originado por distintas causas como el uso de algunas píldoras anticonceptivas, el exceso de peso, el envejecimiento o por el hecho de permanecer mucho tiempo de pie o con las piernas cruzadas.
Para saber si padecemos mala circulación es muy importante conocer qué signos y síntomas nos pueden delatar su existencia
10 síntomas de la mala circulación en pies y piernas
Identificar la causa de un problema circulatorio, así como los síntomas y la frecuencia con la que se manifiestan es esencial para ponernos en manos del médico especialista para que nos indique el tratamiento adecuado.
Estos son los 10 síntomas más frecuentes:
- Piel fría, seca o escamosa.
- Comezón en las piernas.
- Manchas rojas en las piernas.
- Presencias de pequeños vasos o varices.
- Tobillos y pies hinchados.
- Coloración pálida o azulada en las zonas de mala circulación.
- Calambres en las piernas.
- Sensación de hormigueo, pinchazos o adormecimiento en las piernas.
- Ausencia de vellos en las piernas.
- Grietas en los talones.
Es muy habitual que los síntomas empeoren al final del día, especialmente si la persona ha permanecido mucho tiempo de pie. Otros factores que pueden empeorar estos síntomas pueden ser durante el ciclo menstrual, en períodos de día con mucho calor o cuando se utiliza tacones o sandalias planas.
¿A qué se deben los problemas de circulación?
La mala circulación puede deberse a distintos factores como:
- Con el exceso de peso y sedentarismo el retorno venoso se vuelve más difícil lo que provoca hinchazón y cansancio en las piernas.
- Permanecer mucho tiempo de pie, sentado o con las piernas cruzadas dificulta retorno de la sangre hacia el corazón.
- Durante el embarazo la mujer produce más líquido para mantener la irrigación de la placenta y esto dificulta el trabajo de las venas. Además, la producción de la hormona relaxina provoca la dilatación de las venas y dificultando el retorno de la sangre al corazón.
- El natural envejecimiento de los vasos sanguíneos puede interferir en la circulación y llevar al surgimiento de síntomas de mala circulación.
- Las hormonas presentes en los anticonceptivos pueden elevar el riesgo de formación de trombos en algunas mujeres y pueden interferir directamente en la circulación.
- Enfermedades crónicas, como hipertensión y diabetes pueden tener también como consecuencia una mala circulación, especialmente si el paciente no recibe el tratamiento correcto.
En definitiva, conocer los síntomas de la mala circulación y las causas que la provocan es de vital importancia para ponernos cuanto antes en manos de un especialista que nos recomiende el tratamiento más adecuado para nosotros.