Una óptima circulación sanguínea es imprescindible para gozar de buena salud. Ella es la encargada de llevar el oxígeno y los nutrientes a la totalidad de las células del cuerpo, y retornar con los “desechos” producidos por nuestro metabolismo.
El efecto de masaje que aplica el agua en nuestras extremidades al nadar, favorece todo este proceso, nos ayuda a prevenir las varices, disminuye el edema de los tobillos, la manifestación de calambres musculares, y como se mencionada al comienzo, ayuda a mejorar la oxigenación de nuestros órganos vitales. Por lo tanto, también es efectiva para reducir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Las reservas energéticas que el cuerpo guarda, encargadas de proporcionar energía a todo nuestro organismo, se encuentran unas en forma de glucógeno y otras en forma de grasa.
Cuando comenzamos una sesión de natación, durante los primeros minutos nuestros músculos comenzarán a nutrirse del glucógeno acumulado en los mismos músculos, pero esta reserva se termina con rapidez (aprox. 20 minutos en individuos sedentarios y 30/40 minutos en personas más activas) una vez terminada esta reserva, se comienza a utilizar la grasa que nuestro cuerpo ha estado guardando. Es aquí en donde se comienza a quemar grasa y por consecuencia adelgazar. Siempre y cuando se practique de manera constante (unos 40 minutos al día durante 3/4 veces a la semana) y se mantenga una dieta saludable. Por lo tanto la natación, es una buena herramienta para mantener el sobrepeso a raya. Esto también beneficiará el retorno venoso.
Todo son ventajas!!