Cuida tus piernas empezando por los pies: el zapato sí importa
La salud venosa comienza en los pies. Aunque a menudo pasamos por alto su impacto, el calzado que usamos influye directamente en la circulación de las piernas y puede marcar la diferencia entre unas piernas ligeras y cómodas o unas pesadas, con riesgo de desarrollar varices. En este artículo, te contamos cómo elegir el zapato adecuado para favorecer el retorno venoso, reducir la presión sobre las venas y prevenir la aparición o el empeoramiento de las varices.
Ya sea que pases muchas horas de pie, trabajes sentado o simplemente quieras cuidar la salud de tus piernas, estos consejos te ayudarán a tomar mejores decisiones al momento de elegir qué calzado usar.
1. Evita los tacones altos… pero también los completamente planos
El calzado con tacones muy altos —especialmente aquellos de más de 5 cm— impide que la pierna se apoye correctamente en el suelo, lo que dificulta el funcionamiento del músculo de la pantorrilla, fundamental para el retorno venoso.
Por otro lado, los zapatos totalmente planos tampoco ofrecen el soporte necesario, lo que puede generar una sobrecarga en la planta del pie y en las venas de las piernas.
Lo ideal:
- Tacón moderado, de entre 2 a 4 cm.
- Zapatos que favorezcan una pisada natural y un apoyo firme.
Este equilibrio ayuda a que los músculos de la pierna actúen como una «bomba» para impulsar la sangre hacia el corazón.
2. Apuesta por calzado cómodo, flexible y que no comprima
Uno de los factores que más afecta a la circulación es el uso de zapatos que aprietan demasiado el pie. Un calzado ajustado puede dificultar el retorno venoso, generar hinchazón y favorecer la aparición de varices.
Busca siempre zapatos que:
- Tengan una horma amplia.
- No ejerzan presión sobre el empeine o los dedos.
- Permitan la movilidad natural del pie al caminar.
La comodidad debe ser una prioridad, sobre todo si pasas muchas horas del día caminando o de pie.
3. Evita materiales rígidos o sintéticos que impiden la transpiración
El sudor y la humedad excesiva pueden afectar la piel de los pies, pero también pueden influir en la inflamación y el confort general. Un zapato mal ventilado aumenta la sensación de fatiga y favorece la retención de líquidos.
Elige zapatos fabricados con materiales transpirables, como:
- Cuero natural o tejidos que permitan la circulación del aire.
- Plantillas con buena absorción de la humedad.
Además, asegúrate de que el interior del calzado esté bien acolchado para reducir el impacto al caminar.
4. Presta atención al soporte del arco y la amortiguación
Un buen soporte del arco plantar mejora la postura, distribuye mejor el peso corporal y reduce la presión sobre las piernas.
Un mal apoyo del pie puede provocar que ciertos músculos trabajen de más, lo que afecta la circulación venosa, especialmente si ya tienes predisposición a las varices.
Busca zapatos con:
- Suela ergonómica y con amortiguación.
- Soporte medio en el arco para estabilizar la pisada.
- Plantilla ortopédica en caso de tener alguna alteración postural.
Una pisada firme y bien apoyada alivia la carga en las venas y favorece una circulación más fluida.
5. Alterna tu calzado según la actividad del día
No todos los zapatos sirven para todo. Usar el mismo tipo de calzado para todas las situaciones puede dañar tanto tus pies como tus venas.
- Si vas a caminar mucho, opta por un zapato deportivo con buena sujeción.
- Si estarás en una oficina, busca un calzado elegante pero con tacón moderado y base acolchada.
- Evita llevar tacones durante muchas horas seguidas.
Tener variedad en tu armario es clave para no sobrecargar siempre las mismas zonas del pie y la pierna.
6. Escucha a tus piernas: si hay molestias, cambia el calzado
Uno de los errores más comunes es forzar el uso de calzado incómodo «porque es bonito» o «porque ya lo tengo». Si al final del día notas pesadez, hinchazón o dolor en las piernas, es una señal clara de que ese zapato no es adecuado para ti.
Tu cuerpo te está avisando. Cambia de calzado, incluye rutinas de cuidado venoso (como masajes o aplicación de geles fríos) y, si los síntomas persisten, consulta con un especialista.
Conclusión
Elegir el calzado adecuado no es solo una cuestión de estilo o comodidad. Es un factor decisivo en la prevención de las varices y en la salud venosa en general. Usar zapatos con el tacón adecuado, buena amortiguación, materiales transpirables y que no compriman el pie es clave para mantener unas piernas saludables, ligeras y con buena circulación.
En VARIcentro lo sabemos bien: la salud de tus piernas empieza desde abajo, por eso recomendamos cuidar cada detalle de tu día a día, desde el tipo de calzado que eliges hasta los productos que usas para mejorar tu circulación.
Recuerda que, si ya tienes varices o notas síntomas, lo ideal es consultar con un especialista para valorar si necesitas un tratamiento como la escleroterapia y qué cuidados específicos puedes seguir para mantener tus venas en buen estado.
Tus pies te sostienen cada día. Dales el cuidado que merecen y cuida también tu salud venosa.
Acude siempre a centros médicos especializados
Cuando se trata de cuidar la salud de tus piernas y tu bienestar, la elección del entorno es esencial. Optar por centros médicos que cuentan con un equipo altamente capacitado, no solo proporciona seguridad, si no la tranquilidad de que todo saldrá bien.
La experiencia profesional y la supervisión médica directa son factores cruciales para garantizar resultados efectivos y seguros. VARIcentro ofrece el tratamiento esclerosante VARISystem, el cual, además de depender de la experiencia y conocimientos del personal médico, destaca por la calidad de la espuma formada.
En VARIcentro contamos con el mejor equipo médico especializado en salud vascular, con años de experiencia en el sector. Ponte en contacto con nosotros y confía en que tus necesidades serán atendidas por un equipo dedicado y profesional.
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