Aunque nuestro tratamiento con espuma esclerosante es apto para cualquier época del año, el invierno es quizás la más indicada, ya que el frío es un aliado de las varices.
Cuando las válvulas que existen en e interior de las venas se debilitan o están dañadas aparecen las varices. La función de estas válvulas es permitir que la sangre circule correctamente hacia el corazón y si no cumplen su función correctamente ocasionan una acumulación de sangre en las venas.
La llegada del calor en los meses de verano tienen un efecto vasodilatador sobre las venas lo que causa que aparezcan también los típicos síntomas de varices:
- Cansancio
- Pesadez
- Ardor
- Venas más prominentes
Sin embargo, cuando llega el frío estas molestias mejoran y las personas que las sufren se ven afectadas por el efecto vasodilatador del calor. Además, la ropa suele mantener nuestras piernas cubiertas, pasando las varices a segundo plano. Pero es un error no ocuparse de ellas, ya que sabemos a ciencia cierta que el calor volverá y con ella los síntomas mucho más fuertes.
El invierno es el mejor momento para tratar las varices
Aunque nuestro tratamiento con espuma es mínimamente invasivo, puede ocurrir que en ocasiones se necesiten varias sesiones. Si empezamos con la terapia en los meses de invierno nos aseguraremos de que los resultados sean completamente visibles de cara al verano.
También es aconsejable el uso de medias de compresión tras el tratamiento con escleroterapia, por lo que si lo hacemos en invierno será más cómodo para el paciente. Por otro lado, pueden aparecer pequeños hematomas que empeoran si los exponemos al sol. Por eso se recomienda no ir a la playa ni usar prendas muy cortas durante unas semanas.
La escleroterapia con espuma es un tratamiento válido para todo tipo de varices, desde las arañas vasculares a las varices tronculares. Es un sistema muy sencillo permite abordar el problema varicoso sin necesidad de pasar por el quirófano ni interrumpir la vida normal del paciente. Es un procedimiento que se realiza de forma ambulatoria, sin anestesia ni reposo. No necesita baja laboral y el paciente puede continuar con su vida normal.